Cuando era pequeña me contaban historias donde existía una princesa, un
castillo y un héroe que la rescataba del mal.
Finales felices y todo en su lugar.
Ninguna tormenta duraba hasta el final
por eso el cielo azul anunciaba la felicidad.
Una zapatilla perdida te reunía con tu verdadero amor
Al sapo lo besaron y se transformó.
El príncipe siempre luchaba por salvar a su princesa
no importaban los impedimentos, daba todo por tenerla.
Las moralejas clamaban que querer es poder
y que al verdadero amor nada lo puede corromper.
Han pasado los años, mira que sorpresa
todos esos cuentos son pura mierda.
los golpes me han demostrado que es triste la realidad
la vida no es rosa y nada debes esperar
cuando más quieres te rompen el corazón
porque la humanidad ha sido creada para vivir en el dolor.
por más que das, nada es suficiente
y siempre te enamoras de quien menos te conviene
luchas y luchas, nunca lo consigues
mientras esa persona sufre por otro imposible.
Quizás estoy hablando en un momento de desahogo
pero es que nadie comprende cómo ha crecido mi enojo
porque admito no ser perfecta y que mucho he fallado
pero de mi he dado todo y nadie lo ha valorado.
Si fuera cierto lo de las princesas, los finales felices y los cuentos
las personas que se quieren lucharían por lo eterno.
Tal vez será que me he entregado cuando realmente no me han querido
y solamente es a mí a quien la vida ha maldecido.
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