Una noche más, tan monótona como la vida después de aquel momento en el cual tu adiós reinó; ese adiós que acabó con toda la felicidad que me acompañaba al tenerte a mi lado. Aquí me encuentro, escuchando a Arjona hablar de minutos desperdiciados. Imaginando que el peluche que tengo en brazos, eres tú. Mi habitación a media luz, música nostálgica y un frío agobiante son la combinación perfecta para pensarte en llanto.
Pero no veo salir las lágrimas. Ya ni de extrañarte tengo ganas. No hay fuerzas ni para doblarme por la debilidad. Es tan preocupante escuchar como el sonido de la radio no opaca el silencio de mi interior. Y yo viviendo la vida, llena de sentimientos que conforman mi realidad.
¿Querré retroceder el tiempo o tal vez simplemente avanzar?
¿Será que deseo olvidarte o quizás volverte a recordar?
¿Buscaré la manera de perderte o te busco para poderte encontrar?
¿Daría todo por borrar nuestra historia o trataré de lograrla editar?
¿Estás dudas serán parte de mi vida o solo la destruirán?
¿Serás la cura o alargaras mi enfermedad?
¿Te odiaré hasta la muerte o te amaré más y más?
Si con este lápiz que escribo mis lamentos pudiera reinventar nuestro cuento para convertirlo en el ideal. Te juro que no estarías tan lejos ni yo padeciendo esta soledad.
Sin embargo, sola no puedo hacer mucho y ya de nada vale sentirme mal. Bueno o malo, esto es parte de mis momentos que se plasmaran en la eternidad. No desperdiciaré parte de mi corazón guardando rencor por nada ni nadie que no se alegre de mi bienestar. Lo pasado, pisado, seguiré adelante. A Dios doy gracias porque momento a momento, he llegado a donde estoy hoy en día. Los arrepentimientos solo son espacios desperdiciados del alma. Por más que haya errado en el ayer, lamentándolo no lo voy a solucionar. Es tiempo de continuar hacia el futuro que tanto deseo sin mirar hacia atrás. Es hora de darme la oportunidad de volver a intentar.
Esta noche, otro momento, en donde mi mente he podido aclarar. Diviso la libertad como se acerca rompiendo las cadenas con las que me ataba tu insensibilidad.
0 comentarios:
Publicar un comentario