Lo recuerdo,
tanto que parece no haberse alejado
como si su mano nunca hubiese dejado de acariciarme
y la felicidad siempre estuviese a mi lado.
Sí, recuerdo su fuego
esa manera tan feroz y tierna a la vez
de mostrarme el mundo en sus manos
y aquel inmenso querer.
Estaba pensándolo
hoy estuvo más presente que en el pasado
fue mío otra vez
pareciera que nada ha cambiado.
Solo quería tenerlo tan cerca
que nada nos interrumpiera
perderme por siempre entre sus brazos
volver a ser su princesa.
Y lo pienso otro instante más
para respirar su pureza
aunque sea por un segundo
voy a pensar que es cierta.
Yo recuerdo,
su sonrisa,
su voz,
la profundidad de sus ojos
y la tragedia del adiós.
Se marchó
si lo sé
pero tanto lo recuerdo
que ya es parte de mi ser.
Por más que quiera olvidar
por más que intente odiarlo
de nada sirve mi esfuerzo
mi vida se ha vuelto el recordarlo.
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