Esa niña que perdió todo el color de su vida
hoy te escribe estos versos inservibles
en el rincón más oscuro de mi alcoba
los recuerdos invaden mi ser.
Te confieso que desde el momento de tu partida
esta boca ya no ríe
lentamente pasan las horas
disminuyendo toda mi fe.
Al irte se desvaneció mi sonrisa
esa que alguna vez descubriste
y al encontrarme con aquella triste rosa
tropieso con el inútil ayer.
Se ha vuelto lo preferido en mi rutina
querer entender el motivo por el que te fuiste
mas luego entiendo que aunque mi alma solloza
de nada sirve pregutarme por qué.
Por más que el dolor me asesina
tu decidiste rendirte
y es que no puedo yo sola
mantener nuestro querer.
Debes saber que sigo siendo la misma
en mi vive la inocencia que tanto conociste
bien recuerdas esa niña que llora
por las inseguridades que no la dejan creer.
No me averguenza lo que han sido mis días
he aprendido desde que te despediste
es mejor como estoy ahora
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