Escribo

Escribir es el mejor remedio para mi locura. Siento que entre tantas situaciones que pasan día a día, expresar lo que siento es mi única salida. Es la cura de todas las heridas. Me llena y me vacea el alma a la vez. Es que estando perdida en los rumbos de la vida, los versos me guían y me liberan de la depresión. Donde todos me rodean y a nadie le importa, pues estan hastíados de lo que me he convertido, allí están las letras salvando mi existencia, de convertirse en un camino sin sentido.

Cada vez que caigo en el abismo de la tristeza, en la parte mas profunda de la melancolía, mis escritos me ayudan a levantarme. Puedo caer mil veces pero siempre que diga mi parecer de las cosas, la fortaleza vuelve hacia mí. Por más dura que sea la vida, nunca pierdo mi derecho a desahogarme y gracias a esto ningun daño es muy fuerte para poderme vencer.

Mis versos son mi refugio, junto a ellos nada me hace sufrir. Justo cuando siento que el vaso se va a rebosar, florecen los sentimientos para volver a la normalidad.

Escribo porque lo amo, porque me siento sola o simplemente estoy arrepentida. Escribo porque me hizo enojar, porque no soy correspondida y cuando no aguanto más. Le escribo al hastío, al odio, al rencor, a la nostalgia, a la tristeza y al desamor. Escribo por todo lo que le agradezco a mi Señor. Escribo por escribir, por lo que sentí, por lo que vendrá. A las esperanzas del futuro, a los sueños de nunca jamás. Lo hago porque me gusta y al hacerlo no me importa la realidad.

Escribir es mi talento, la mejor forma de mi expresión. Ya sea en rima, o en frases sin significado. En cada escrito sale la pureza y las palabras sinceras de mi corazón. Escribo porque al hacerlo descubro todo lo que he ocultado. Lo hago por que me divierto burlando el desierto superado. Lo simple está en que escribo porque ahí desemboca todo hecho transitado que a vivir me ha enseñado.