La ironía de la vida es un misterio. Suceden "imposibles" que nunca imaginabas algun día se harían realidad. Momentos que considerabas inútiles que terminan sirviéndote de mucho. Personas que en un principio te hicieron mucho daño, quizás estando al tanto, quizás no, mas luego terminas recostándote en el arrepentimiento para luego dormirte en una hermosa amistad.
Aveces es gracioso, en otras circunstancias, patético, pero siempre es una muestra de madurez. Cuando erez capaz de abrir los ojos admitiendo que te habías equivocado, sólo puedes hacer dos cosas: o te atormentas en el arrepentimiento o simplemente lo aceptas. Lo correcto es pensar, así es la vida, nunca sabes que esperar. Y en ese instante descubres lo mágico de vivir. Si supieramos lo que nos deparará el destino, no existiría emoción ni ansiedad. Lo fascinante del futuro está en esa expectativa de no saber que pasará.
Es como ese instante en el que terminas junto a ese alguien que menos esperabas. Cuando comprendes que algo te salió mal porque iba a llegar algo mejor. O cada momento en el que situaciones inesperadas cambian tu percepción de la vida convirtiéndote en una persona distinta. Mas fuerte, más inteligente y más agradecido con el Señor. Esos son los caprichos de la vida. No se debe tratar de entenderla. La vida se hizo para vivirla. Si perdemos tiempo buscando razones del pasado, o queriendo controlar el futuro, solo logramos que se nos escape el presente.
Nunca sabemos lo que nos espera. Del destino sólo sabe Dios. Por esa misma razón es incorrecto dejarnos vencer por situaciones, personas, miedos, dolores ni decepciones, son solo pruebas que él nos pone. Resistiendo, demostramos cuanto merecemos el plan que el nos tiene. Todo está planeado. Dios quizás no nos da todo lo que queremos, sin embargo tenemos todo lo que necesitamos.
0 comentarios:
Publicar un comentario