¡Qué injusticia!

Hoy volteo irónicamente
a ver nuestro estúpido ayer
ese que no está presente
ahora que pago por la manera en que te amé
y es que siempre me pregunta la gente
que pasó con aquel gran amor
ya no encuentro qué decirles
para que entiendan que se acabó.

A veces no comprendo qué hice mal
por qué me ha tocado esta condena
en qué demonios fue que fallé
si en cada momento mi cariño superó las fronteras
y allí es que me doy cuenta realmente
como hablo en singular
para que las cosas funcionaran
debiste formar parte del amar.

Me dejaste tan solita
en aquella relación
que no pude con el peso
de los problemas entre los dos;
si la cuestión era entre ambos
por que nada más fui yo la que sufrió
a ti nunca te hizo daño
únicamente en mi vida se sintió.

No vi lágrimas en tus ojos
no había dolor en tu interior
mientras que a ti te dio con enojo
la nostalgia se multiplicaba en mi corazón.
Yo habia quedado sin nada
tú empezaste a vivir
mientras mi alma sollozaba
la tuya no dejaba de sonreir.

!Qué injusticia tan enorme
la que se dió entre tú y yo¡
Quien falló se encuentra contento
mientras sufre quien luchó.
Esto anécdota deja dicho
que no siempre el bueno es quien gana
soy un ejemplo vivo
de la falsedad de esas palabras.