En esta ocasión estoy rodeada de recuerdos. Algunos buenos, otros no tanto y están los que simplemente me siguen a todos lados.Veo como escribí un nombre en un papel, para luego enrrollarlo y junto a una lágrima, tirarlo al zafacón. Escucho la apasionada entrega de cada suspiro que salía de lo profundo de mi alma, cada vez que pensaba con el corazón. Y pensar que aquello fue lo más hermoso que en la vida me pasó.
Esa vez que lo miré y no encontré nada, adherido a ese frío que de miedo me congelaba; o cuando todo era mágico y yo lo amé sin condición, esas memorias incongruentes es lo único que queda de aquel amor. Condenado a ser pasado y a cargar con la mala fortuna que le tocó.
Seguí con mi vida, encontré una salida y heme aquí ahora sin sentir ningún dolor. Será que lo olvidé, o simplemente lo acepté y comprendí que detenerme me hacía mucho peor.
No fueron pocas las noches que llorosa le pedí a Dios que acabara con el martirio que vivía mi corazón. Ya me encuentro de pie, viviendo cada día, sonriéndole a la vida, y confiada de que en el mañana cada vez me irá mejor.
Antes me mataban, estos recuerdos que me acompañan, mas hoy no me hace falta, lo que del pasado se perdió. En esta noche me he dado cuenta, lo dificil que ha sido todo esto; sin embargo, soy más fuerte y se lo agradezco a todo lo que me pasó.
Los recuerdos me persiguen, pero yo corro más rápido, pronto superaré la barrera que detiene mi presente, pues lo que mi corazón siente ya no es miedo ni es temor. Son ansias de pasión, ganas de sobrevivir y demostrar que cada día si se puede ser feliz.
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